- «Nunca dos personas leyeron el mismo libro».
- Edmund Wilson
Siempre es un buen momento para soñar, viajar, aprender, perderse o buscar refugio en un libro pero, por desgracia, demasiado a menudo no disponemos del tiempo que nos gustaría para hacerlo. Un tiempo que sí podemos robarle al descanso estival, a ese paréntesis que nos concede la rutina. Los libros son transportables como transistores, no hay destino que se les resista.
Cualquier lugar es idóneo para leer si nos apetece hacerlo y la red nos brinda la posibilidad de disfrutar doblemente de la experiencia compartiéndola. Como expertos buscadores de wifi, encontraremos la manera de entrar en los nuevos cafés literarios 2.0 que ofrece.
Leo Espinosa
Uno de ellos, Las Tertulias Literarias de Ciencia , abre sus puertas, por quinta temporada consecutiva, el próximo seis de agosto. Sus impulsores fueron JC García-Bayonas M. y Dolores Bueno y, año tras año, ha logrado aglutinar un importante número de tertulianos que, a partir de la lectura de un libro de divulgación científica —elegido previamente—, conversan sobre temas relacionados con la ciencia y la vida en general.
Cada semana, uno de los lectores, de forma voluntaria, resume una parte del libro —generalmente un capítulo— y plantea una serie de preguntas que sirven de punto de partida al intercambio de pareceres que se desarrolla en los comentarios.
En esta nueva edición, el libro analizado será Orígenes. El universo, la vida, los humanos de Carlos Briones, Alberto Fernández Soto y José María Bermúdez de Castro, propuesto por Gaspar Sánchez y Cristina Sopena. Un texto que profundiza en tres de los interrogantes que acompañan al ser humano desde que dirigió su mirada al cielo por primera vez, tres de las preguntas más atractivas e importantes que se plantea la ciencia actual: el origen del Universo, la emergencia de la vida y la aparición de nuestra especie.
Su lectura promete una aventura fascinante a través de diferentes campos del saber, un viaje inolvidable que gracias a #TertuliasCiencia será en compañía.
