«Ve a la Feria del Libro, por favor. Compra al azar, déjate llevar, pasea entre la marabunta. Porque es posible que haya demasiadas personas, y todos se amontonan y hace demasiado calor. Salvo el día que llueve, que lloverá. Pero qué importa. Compra un libro de cocina, de jardinería o de crochet; la mayoría son bonitos solo para mirarlos. Compra novelas para regalar, o solo por la portada, indaga en las nuevas y extrañas editoriales, cada año más y mejores. Déjate aconsejar. Toma un granizado de limón a un precio estratosférico, moja la cabeza en la fuente, enfurrúñate con los carritos de bebés que te afilarán los tobillos… porque la Feria del Libro de Madrid es algo que ningún lector debe perderse si quiere empezar el verano con buen pie».
