«La gran virtud de estas máquinas de orgasmos, según defiende Morán, es que desmiente el mito de que la penetración es un requisito indispensable para alcanzar el clímax y centra toda su atención en el clítoris. Un órgano escondido, invisibilizado durante siglos y cuya única utilidad es proporcionar placer. En ‘Orgasmitos’, su último libro, Morán recuerda que casi el 80% de las mujeres alcanzan el orgasmo solo con estimular esta parte de su anatomía».
