Para curar y cuidar, hay que comunicar

Aunque no tengo dudas de que la gran mayoría de los profesionales sanitarios son conscientes de la importancia crítica de la comunicación en su relación con los pacientes, a lo largo de mis años en el sector sanitario me he encontrado con la creencia de que la comunicación es una competencia más o menos innata, que se trabaja de manera natural con su uso, o tomando como referencias las buenas o malas prácticas de personas del entorno. De hecho, y aunque en los últimos años comienza a verse una mayor presencia de la comunicación en los planes formativos universitarios y de posgrado del entorno clínico, todavía ésta es testimonial.

En este contexto, y después de escuchar cientos de historias que me trasladaban mis alumnos y alumnas en los cursos de formación que imparto, empecé a escribir Conversaciones con pacientes con la motivación de aportar una herramienta sencilla y accesible para que cualquier profesional sanitario pueda ejercitar las claves esenciales de la comunicación, a partir del descubrimiento de las historias que hay detrás de cada paciente.

Existe ya abundante evidencia del impacto de una buena comunicación en la calidad del proceso asistencial: influye en la curación, en la recuperación, en el cuidado y, en último término, en el acompañamiento. Sin embargo, salvo excepciones extraordinarias, no es posible comunicar bien sin intención ni método. No es posible establecer una confianza adecuada, escuchar con atención, preguntar con intención o elaborar un discurso estructurado y efectivo, si no aprendemos a hacerlo y lo sistematizamos en nuestra práctica diaria.

Con todo, conforme avanzaba en la escritura del libro, fui descubriendo nuevas motivaciones, y una de ellas resultó especialmente importante: este libro podía servir también para mostrar la complejidad del trabajo de los sanitarios, la enorme responsabilidad de tener entre manos el bien más preciado de una persona: su salud. Responsabilidad que ha alcanzado una dimensión desconocida por culpa de la pandemia, y que espero que nos ayude a valorar con justicia la incalculable aportación a la sociedad de todos los profesionales sanitarios.

En definitiva, un buen resumen de las dos grandes motivaciones de Conversaciones con pacientes lo ha hecho Laura Morrón, editora del libro, con el haiku que encontrarás al comenzar el libro: <<Las dos caras de la enfermedad, unidas por la palabra>>.

Espero que lo disfrutes

José Mari Iribarren

¡NO TE QUEDES SIN TU EJEMPLAR! 

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