«Los males de la ciencia pueden comprometer su razón de ser»

Todos hemos oído hablar de que en la carrera científica las mujeres no suelen acceder a los puestos más altos del escalafón, o que los estudiantes de doctorado o postdocs están muy presionados y a menudo sufren de ansiedad y otros problemas mentales. También es sabido que el sistema de publicaciones científicas está configurado de manera que las editoriales obtienen rentabilidades altísimas a costa de las finanzas de los gobiernos que sostienen la investigación. O que hay fraude y otros comportamientos inapropiados en la profesión científica. Del mismo modo, quizás les resulte conocido el problema de la dificultad para replicar resultados o sepan que se publican muchísimos, quizás demasiados, artículos científicos.
Pues bien, en Los males de la ciencia, hacemos un repaso sistemático, aunque sin intención de exhaustividad, de esos y otros males que aquejan a la ciencia. Concedemos a esos problemas gran relevancia, pues creemos que pueden comprometer la razón de ser de la ciencia y su misma existencia como sistema de producción de conocimiento fiable. Y repasamos —y proponemos, por ello—, las soluciones que pueden curar o, al menos, aliviar, esos males.

Juan Ignacio Pérez y Joaquín Sevilla

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