Descripción
La adicción es una plaga. Afecta a casi todo el mundo. No discrimina. Da igual que una persona sea rica o pobre, que tenga trabajo o esté en el paro. No importan la etnia y la religión. Afecta a jóvenes y a viejos. No están exentos los padres, los hijos, los hermanos ni las parejas. Tampoco los ejecutivos, albañiles y políticos. Policías, jueces, enfermeros, secretarios, todos pueden padecer una adicción.
Hablo de la adicción por diversos motivos, aparte de por mi propia historia. Una de las razones, porque se nos llena la boca cuando decimos que es una enfermedad, pero, cuando se empieza a comparar con otras, como el cáncer o la diabetes, se convierte en una disputa sobre qué enfermedad es más importante o merece más atención. Mostramos una compasión selectiva por los familiares y seres queridos de alguien que muere por sus adicciones porque la idea de que es una enfermedad solo nos la creemos a medias.