Esto no es un libro sino un desafío para aquellos que quieran entender la necesidad de pensamiento crítico entre jóvenes que son manipulados por el narcotráfico. Se trata de una propuesta militante que ofrece talleres que ayudan a privadas de libertad a emanciparse del prejuicio que las convierte en monstruos por no haber sabido adaptarse al rol de esposas dóciles. Se trata de un arma cargada de procacidad contra los pensadores agorafóbicos de salón y que, incluso, se ríe de la propia estigmatización y alienación a que se vio sometido su autor por la sociedad menospreciante.
Hambre de filosofía narra por medio de datos, explicaciones e historias los resultados que el pensamiento está generando entre colectivos menospreciados. Además, reflexiona sobre cómo los adaptados somos manipulados por el discurso de la “ayuda al necesitado” y, por último, desvela la pobreza que esconden los manteles de lino, los bolsos de piel de cocodrilo y los coches de elevada cilindrada.
Aquellos que necesitamos desligarnos de la historia que nos ha contado el poder sobre la pobreza y ansiamos construirnos crítica y reflexivamente padecemos hambre, hambre de filosofía. En estas páginas, esa menesterosidad aspira a ser cubierta mediante la militancia y cierta burla pornográfica y descarada.

¡No te quedes sin tu ejemplar!