«Este libro es una mezcla de elementos, de intereses, de miradas e incluso de estilos»

Nunca he sido un hacha clasificando conceptos. Tampoco recibiré nunca el Nobel de la adjetivación y creo que semejante limitación no tiene otra razón que no sea mi alergia al etiquetado. Soy incapaz de categorizar, de comprimir la realidad. Y esta vez no iba a ser una excepción.

¿Cómo definiría Un científico en el armario? Si tengo que hacerlo yo vamos a necesitar demasiado tiempo porque este libro es bien parecido a su autora, es decir, una mezcla de elementos, de intereses, de miradas e incluso de estilos.

Un científico en el armario podría ser una biografía, por cuanto existe en sus páginas una narración histórica de la vida de Pío del Río Hortega, científico perteneciente a la Escuela Histológica Española exiliado en Argentina tras la Guerra Civil.

Un científico en el armario podría ser una obra de divulgación por cuanto pretende contribuir a entender la investigación histológica y neurológica a partir de la obra de uno de los científicos más relevantes del primer tercio del siglo XX, dos veces candidato al Premio Nobel.

Un científico en el armario podría ser el relato de una vida imaginada a partir de las pistas contenidas en unas cartas firmadas hace casi un siglo por Nicolás Gómez del Moral, la persona con la que Pío del Río Ortega compartió su vida; su pareja.

Un científico en el armario podría pues ser una obra de historia política escrita por una aprendiz de historiadora, una obra de divulgación narrada por una periodista científica o sencillamente una novela breve imaginada por una aficionada a la narración de historias, una “cuentista”[1]. Pero no seré yo quien la defina. Eso es tarea para alguien más capacitado que su autora, es decir, las personas que la lean.

Así que lean y etiqueten.

Elena Lázaro Real

[1] Supongo que contadora de cuentos sería más adecuado, pero esa etiqueta de “cuentista” me la puso mi madre hace demasiados años cuando adaptaba la realidad en mis explicaciones y trataba de adornar mis meteduras para para ahorrarme broncas y siempre me ha parecido una palabra entrañable.

¡NO TE QUEDES SIN TU EJEMPLAR!