Clara Grima: «Todo empezó por culpa o gracias a mis hijos»

Raquel Garcia Ulldemolins Imagen del blog «CienciaXplora»

Raquel Garcia Ulldemolins
Imagen del blog «CienciaXplora»

Clara Grima fue una de las primeras personas que me apoyó cuando empecé a divulgar y no me conocía ni el Tato. Una mujer que me fascinó desde el principio por su humanidad. Porque Clara es una eminente científica y una divulgadora excepcional pero, sobre todo, es alguien que siempre está dispuesta a dar cariño y ayudar a quienes la rodean. Y eso se transmite en todos los proyectos que lleva a cabo y les confiere una luz especial. Poder entrevistarla hoy es otro sueño cumplido que me regala esta casa.

Eres una de las mejores y más prolíficas divulgadoras del panorama actual. Divulgas para los públicos de todas las edades y en todos los formatos. Pero ¿cómo empezó todo?

Huy, no creo que sea ni tan “mejor” ni tan prolífica pero muchísimas gracias. Todo empezó por culpa o gracias a mis hijos: Salvador y Ventura. Antes de que ellos existieran, solo había explicado matemáticas a universitarios (estudiantes de ingeniería) o a mis colegas en los congresos. En ambos casos, eran personas interesadas en mayor o menor medida por mi discurso. O por lo menos lo parecían. Pero cuando Salvador y Ventura tuvieron 8 y 6 años, respectivamente, empezaron a preguntar, por ejemplo, qué era eso que teníamos en la camiseta: era π. No es normal que un niño de 6 años haya sido expuesto ni a  π ni a ningún otro irracional pero mis hijos, por fortuna o por desgracia, tienen a su papá y a su mamá matemáticos. Parecen normales, no creas. El caso es que yo conté en mi blog personal (que no leía ni lee casi nadie) mis conversaciones con mis hijos y, sin saber por qué, empezaron a llegar visitas a cascoporro. Paralelamente, y a través de mi amiga Mamen, conocí a Raquel Garcia Ulldemolins y a Oriol Molas. Fue este último, Oriol, el que nos propuso unir nuestras fuerzas: yo escribiría historias como las que les contaba a mis hijos y Raquel las ilustraría. En esa misma época, a raíz del “éxito” de mis historias con mates para mis hijos, el portal cultural Libro de Notas me ofreció hacer un blog con ellos para contar matemáticas a los más jóvenes. Unimos todas esas ideas y en mayo de 2011 publicamos el primer capítulo de Mati y sus mateaventuras, mi capítulo favorito, por cierto. Teníamos más miedo que vergüenza aquella mañana pero aún se me llenan los ojos de lágrimas cuando recuerdo el  cariño y el calor con que nos recibieron.

«Teníamos más miedo que vergüenza aquella mañana pero aún se me llenan los ojos de lágrimas cuando recuerdo el  cariño y el calor con que nos recibieron»

Mati es la protagonista, ilustrada por Raquel Garcia Ulldemolins, del blog multipremiado  Mati y sus mateaventuras y del libro Hasta el infinito y más allá. ¿Cómo nos la presentarías?¿Cuánto de Clara hay en Mati?

Mati se parece un poco a Clara: es matemática, lleva el pelo rojo y tiene gafas, pero es más buena gente. A las dos nos apasionan las matemáticas, las historias y los niños. Pero, como he dicho, Mati es más buena gente. Lo que quiere Mati es llegar a todos los niños, a todos los maestros, a todos los coles. Por eso no se mete nunca en política ni, aunque trata de inculcar pensamiento crítico, se posiciona ante creencias mágicas como la religión o la homeopatía. Mati intenta ser, como se suele decir, políticamente correcta para acercar la belleza de las matemáticas a todos, independientemente del “color de su camiseta”. Clara es visceral y, como dice mi cuñado, tiene menos frenos que un melón cuesta abajo. Últimamente está más callada entre otras cosas, porque le da pereza todo el panorama político. Pero un día se levanta, lee algo que le indigna y entra a criticarlo como un elefante en una cacharrería, sin control. Nunca entrará en el cuerpo diplomático ni podrá ser concejal.

Raquel Garcia Ulldemolins Ilustración de Mati

Raquel Garcia Ulldemolins
Ilustración del blog «Mati y sus mateaventuras»

Tanto el blog como el libro “de Mati” parecen destinados a los más pequeños, sin embargo, pienso que abarcan a un grupo de población mucho más amplio. ¿Cuál es tu percepción? ¿Quiénes son sus lectores?

No, para nada, Mati está, destinado, principalmente, a profesores de primaria y secundaria y a las familias. Pretende servir de excusa para hablar de matemáticas en contexto, dentro de una historia. Eso sí, un niño a partir de 12 años, más o menos, ya puede leerlo solo. En principio, honestamente, solo pensábamos en las familias pero cuando vimos que eran los profesores los   lectores más activos, empezamos a enfocarlos también para ellos. Eso sí, tenemos lectores que no son ni educadores, ni niños y nos encanta. Nos han contado en varias ocasiones que lo habían leído para reconciliarse con las matemáticas o para estudiarlas, aquellos que por alguna circunstancia no pudieron. Y también, cómo no, tenemos lectores que se acercan simplemente porque les gustan las matemáticas.

«Mati se parece un poco a Clara: es matemática, lleva el pelo rojo y tiene gafas, pero es más buena gente»

¿Cuántas personas te han dicho que hubiesen querido tener a Mati de profesora?

Muchas, y no veas cómo me emociono… La historia más tierna, o una de las más tiernas, que nos han contado fue en Almería. Yo daba una conferencia en la escuela de magisterio para futuros maestros y cuando terminé, se me acercaron un chico y una chica. Me dijeron que estaban allí porque su padre (eran hermanos) se lo había recomendado. «¿Es profesor, vuestro padre?», les pregunté. «No, es agricultor, pero le encanta Mati y todo lo que escribes porque a él le gustaban mucho las matemáticas pero no pudo seguir estudiando. Un día, buscando matemáticas en internet, llegó a Mati y le encantó. Él quería venir a la conferencia pero por la mañana es imposible para un agricultor». No me digas que no es bonito y emotivo… Son esos lectores “en la sombra”, los que nunca te dicen nada, los que no tuitean tus entradas pero que están siempre pendiente de cualquier cosa nueva que publiques… Ese es el mejor de los premios.

¿Fue a partir del éxito que tuviste con Mati que te llamaron a colaborar en medios de tanto prestigio como Naukas, CienciaXplora, Eldiario.es o Jot Down? ¿En qué se distingue cada una de estas participaciones?

Supongo que sí, los premios te dan, sobre todo, visibilidad. Sobre todo el de 20Blogs fue un pico de “popularidad” importante: al día siguiente mi careto fue portada en 20minutos, se leía en los bares, en los trenes… Recibí correos y llamadas de gente que hacía años que no veía. Una amiga de Barcelona, Teresa, me contó que creía que había formado un grupo de rock, ¿cómo, narices, va a ser una chica matemática portada del 20minutos solo por hablar de matemáticas?

Los cuatro medios que mencionas son bien diferentes, al menos para mí. Naukas es un blog de divulgación para gente que quiere divulgación, gente que ama la ciencia y va a buscarla, quiere que se la cuenten. Eso te permite hablar de temas en profundidad, temas que no son de la “cultura general” de matemáticas. Recuerdo con especial cariño una entrada que hice sobre una herramienta que yo usaba en mi investigación, diagramas de Voronoi. La gente hacía chistes (muy bien hechos) con esta estructura, a la gente le moló Voronoi. Fue una muy grata sorpresa.

«Los cuatro medios que mencionas son bien diferentes, al menos para mí»
Raquel Garcia Ulldemolins Ilustración de «Naukas»

Raquel Garcia Ulldemolins
Ilustración de «Naukas»

CienciaXplora es divulgación más ligera, trata, en mi opinión, de atraer a público inicialmente no interesado en la Ciencia. Esto es también un reto interesante: no se trata de profundizar pero sí de intentar encontrar el tema y el tono adecuado para “engañar” al personal y que acabe leyendo sobre matemáticas.

En eldiario escribo, principalmente, de opinión, mi opinión. Evidentemente, muchas columnas están relacionadas con la Ciencia pero no todas. Aquí es donde me permito sacar de vez, en cuando, a ese melón que rueda sin control del que hablábamos antes.

Y Jot Down es, eso, Jot Down. Creo que han conseguido su estilo personal y no hay ningún medio comparable y eso que lo intentan. Mis entradas en este medio intentan ser más literarias, más personales pero siempre con un trasfondo de matemáticas, claro. El público que se acerca a Jot Down no busca, como ocurre con el de Naukas, leer sobre ciencia. Creo que, como decía de CienciaXplora, hay que hablar en su lenguaje para que, sin darse cuenta, acaben leyendo sobre óptimos de Pareto o de ecuaciones diferenciales.

Tus textos siempre vienen ilustrados por Raquel Garcia Ulldemolins, lo que trasluce una apuesta por la belleza formal de tus entradas. ¿Crees que, en general, se le da suficiente importancia a las imágenes que acompañan los escritos de divulgación?

No y, a veces, me da mucha rabia. Esto es un poco como lo de ligar en una discoteca y perdona el símil fácil y trivial. El físico no importa cuando vas a elegir una pareja más o menos estable pero en una discoteca, no me fastidies, si tienes un buen físico, si eres más atractivo, tienes más posibilidades de que se te acerque alguien para ligar. Lo que ocurra a partir de ahí, es mérito o fracaso de tu conversación y/o de tu gestualidad. Evidentemente, no vas a una discoteca a buscar el amor de tu vida, solo quieres pasar un buen rato. Pues lo mismo puedes pensar con la divulgación. Tenemos que ser atractivos para que se nos acerquen, para que quieran mirarnos de cerca y cuando estén ahí, susurrándonos algo en el cuello, ¡zas!, les regalamos alguna historia llena de ciencia; a partir de ahí, juega nuestra conversación y nuestra gestualidad. Claro que nadie va a estudiar y aprender ciencia de verdad con la divulgación, como nadie va a buscar a su media naranja en un after, pero podemos hacer que pasen muy buenos ratos. Y, claro, para ser atractivos en los tiempos que corren las imágenes, las ilustraciones, son nuestra mejor baza. Yo creo que gran parte del éxito de Mati son las ilustraciones maravillosas de Raquel.

«Para ser atractivos en los tiempos que corren las imágenes, las ilustraciones, son nuestra mejor baza»

Vayamos al formato audiovisual. Además de tus vídeos en Youtube también has participado en televisión. ¿Cómo fue tu fichaje para Órbita Laika? ¿Cómo resumirías tu experiencia? ¿Es el mundo de la televisión tal y cómo te lo imaginabas? 

Huy, qué buenos recuerdos. Era 2014 y era verano. Yo estaba en Zahora caminando hacia la playa. Recibí un correo electrónico de José Antonio Pérez, el ideólogo y absoluto creador de aquel invento, proponiéndome todo: la sección con los vídeos graciosos de Youtube para explicar conceptos de Ciencia. Aún no era seguro que se grabara, solo querían saber mi disponibilidad. «Sí, quiero», fue mi respuesta. Y lo que vino después no te sorprenderá porque lo conoces. Fue una experiencia muy, muy especial para alguien que, como yo, no tenía nada que ver con el show business. Lo mejor: la gente. La que se vio en pantalla, (América, Antonio, Pepe y Ángel) y la que no (Blanca Baena, Urko Luengo, Marta Sánchez, Itziar Olabarri…). Y, por supuesto, José Antonio Pérez. A muchos los conocía de antes pero descubrir y compartir sueños, prisas, desilusiones y alegrías con Ángel Martín o Blanca Baena, por ejemplo, hace que todo haya merecido mucho la pena. Cuando grabamos la segunda temporada yo era un alma en pena, venía de una gran tragedia familiar, era un trapito sin gracia. Cada mañana cuando me dirigía al punto de encuentro pensaba que no iba a poder, que saldría corriendo. Nunca lo hice. Todos fueron especialmente amables y cariñosos, discretos y elegantes, y tiraban de los hilos que dibujaban mis sonrisas. Y mis carcajadas.

No, la televisión no es como me la imaginaba. Es un mundo frío y cruel. No entiendo las reglas, casi no hay reglas en algunos asuntos. No me gusta. Soy matemática, ¿recuerdas?, no me gusta no controlar las ecuaciones que rigen las cosas de la “tele”. Eso sí, es un ejemplo maravilloso para explicar teoría del caos: cualquier pequeña perturbación en los datos iniciales la lía parda. Aletea una mariposa en, no sé, Bilbao y un tifón nos borra del mapa.

Aparte de tu labor como profesora y de todas las actividades de divulgación que hemos citado, decidiste coorganizar junto a Alberto Márquez y a Enrique Fernández Borja las charlas Ciencia Bulebar, y sacar la ciencia a la calle para acercarla a todo el mundo. ¿Cómo surgió la idea?

La  culpa es de la gente de Naukas y de la Cátedra de la Cultura Científica del País Vasco. Volvíamos los tres de Naukas Bilbao, en coche,  aún impresionados del espectáculo y quisimos hacer algo, pequeño, en Sevilla. En Sevilla, si quieres llegar a la gente, tienes que ir a los bares. Pues, nada, ahí vamos. Un compañero de la universidad, Carlos A. García, matemático, era socio de un bar, el Bulebar. Le propusimos organizar charlas científicas cada 15 días en su local y aceptó efusivamente. Así que empezamos los cuatro. Luego, invitamos a Ángel Fernández, de Jot Down, a dar una charla sobre su experiencia entrevistando a científicos de primera línea y le encantó la idea. Lo engañamos y fuimos, desde entonces, cinco organizadores. Tengo que confesar que cuando lo plantearon Alberto y Enrique yo era la más escéptica, pensaba que en Sevilla, sin peinetas ni capirotes, no tendría futuro. Pero, afortunadamente, me equivoqué. Cada vez tiene más éxito. Han pasado por allí algunos de los mejores divulgadores de España, solo para hablar de Ciencia, ¡sin cobrar! Y creo que todos lo han disfrutado.

«Han pasado por allí algunos de los mejores divulgadores de España, solo para hablar de Ciencia, ¡sin cobrar! Y creo que todos lo han disfrutado»

Y eso no es todo. Precisamente los tres habéis creado Los 3 chanchitos, un podcast de cultura general. ¿Os quedaban un par de horas para dormir y pensasteis que estaba sobrevalorado? El hecho de que la ciencia aparezca como un tema más, ¿evidencia vuestra idea de que la ciencia es cultura?

Esto también es culpa de Alberto y Enrique. Cada vez que nos sentábamos a charlar en una comida, café o copa, lo hacíamos, con gusto y durante horas, sobre cualquier tema por muy variopinto que fuera. Además, cada uno somos de nuestro padre y nuestra madre y se generaban polémicas muy simpáticas. Como además los tres éramos (y somos) grandes consumidores de podcast, se les ocurrió que podríamos grabarnos esas conversaciones y tener el nuestro propio. La idea original era que fuese cultural, abarcando cualquier aspecto de la cultura. Evidentemente, se habla mucho de Ciencia porque, evidentemente, la Ciencia es cultura, sobre todo en el siglo XXI. Eres un inculto si no conoces  a Eduardo Mendoza pero también si no has oído hablar de Heisenberg. De Werner, digo, no de Walter White.

Ahora que no nos escucha nadie te confesaré que para mí, Los 3 chanchitos, es como ir al yoga: me relaja, me olvido del mundo y me lo paso muy bien.

Para acabar, quiero preguntarte sobre un evento en el que participa esta casa y que el próximo 17 y 18 de junio celebrará su tercera edición: Ciencia Jot Down. ¿Cómo se gestó el proyecto?

Ciencia Jot Down es la fiesta fin de curso de Ciencia en el Bulebar. Cuando volvíamos en aquel viaje de Bilbao lo que queríamos, en realidad, era organizar algo parecido a Naukas Bilbao. Hoy en día aún es imposible para nosotros, sobre todo, a nivel económico. El caso es que cuando vimos que Ciencia en el Bulebar funcionaba, nos liamos la manta a la cabeza y perpetramos este evento a lo grande. No al nivel de Naukas, ¿eh? Más “chiquitito”. Contábamos inicialmente con el apoyo económico de Jot Down y el apoyo logístico de Naukas. Y, voilà, lo hicimos y, honestamente, quedamos muy satisfechos con el resultado.

Asociado al evento convocamos un concurso de divulgación científica, patrocinado desde la edición 2015 por el Donostia International Physics Center, con la intención de “desenmascarar” a esos divulgadores que no se atreven a dar el paso de abrir un blog o un canal de Youtube. Cada año tenemos más trabajos en el certamen y nos encanta que la gente se siente a escribir sobre Ciencia.

Raquel Garcia Ulldemolins Imagen de Ciencia Jot Down de este año

Raquel Garcia Ulldemolins
Imagen de Ciencia Jot Down de este año

¿Qué nos espera este año?

Huy, un montón de cosas. Tenemos a uno de los mejores divulgadores de neurociencia en España, Antonio Martínez Ron, que nos hablará de algo verdaderamente espectacular: cómo han conseguido hackear el cerebro para trasladar funciones antes de intervenir, por ejemplo, un tumor. Tenemos a Juan González-Meneses, un matemático brillante y muy, muy simpático que nos va a deleitar (como ya hizo en Ciencia en el Bulebar) con la historia de  π. Tenemos a Enrique F. Borja, autor del blog Cuentos Cuánticos y chanchito que nos hablará de la Física de las tonterías, más o menos. Conociendo a Enrique y sus charlas, esperamos que sea una charla tan sesuda como desternillante. Tenemos a José Cervera, el encantador de las palabras, el contador de la Ciencia que nos inquietará  dudando sobre la autenticidad del mundo cómo lo vemos, ¿qué pastilla eliges? ¿La roja o la azul? Y tenemos a la neurocientífica más dicharachera del panorama nacional que nos hablará de eso, del humor desde el punto de vista más científico.

«Ciencia Jot Down es la fiesta fin de curso de Ciencia en el Bulebar»

Eso en cuanto a charlas. Además tenemos dos mesas redondas; podcasts científicos y los límites de la Ciencia. Entiendo que la primera puede ser muy, muy divertida e interesante y la segunda puede generar mucha discusión en la sala. Ya veremos.

Hay sorpresas, entrega de premios… de todo un poco.

La entrada es gratuita para todo el mundo pero, como en ediciones anteriores,  se habilita la fila 0 que brinda muchísimas ventajas por el aporte de cincuenta euros a la realización del evento. ¿Cuáles son? 

Algo que hace, en mi opinión, especial a Ciencia Jot Down es la posibilidad de adquirir un ticket para la Fila 0. ¿Para qué y cómo? Principalmente, para colaborar con el evento pero también para recibir libros de Jot Down valorados en 50€, que es el precio del ticket y, muy sobre todo, para asistir a la cena con todos los divulgadores, organizadores y asistentes del Ciencia Jot Down. Se trata de una cena buffet, lo que permite interaccionar con mucha gente. Se puede adquirir aquí el ticket.

Danos tres motivos por los que debemos asistir a Ciencia Jot Down 3.

1) Porque te gusta la Ciencia y te gusta que te la cuenten con estilo

2) Porque quieres conocer a más gente con tus inquietudes

3) Porque te morirás de envidia cuando veas los tuits si no vienes.

Fotografía de Clara Grima

Fotografía de Clara Grima