Por fin puedo anunciar lo que venimos tramando desde hace un par de años. Ha llegado a casa un tipo especial al que conocí hace ya más de cinco abriles. Un vasco de Salamanca que ha escrito un libro sobre lo que más sabe: los animales. Iñako es uno de esos chavales que destaca por su nobleza y lucidez, un referente en esto de la comunicación de la ciencia. Catedrático de Fisiología en la Universidad del País Vasco, donde enseña fisiología animal, también dirige su Cátedra de Cultura Científica, además de gestionar tropecientos líos más en los que está metido.
Trabajar con él ha sido como explorar varios mundos a la vez, igual que hacer un viaje con Julio Verne. Cuando estudié Biología aprendí mucho sobre Zoología, pero nunca me la habían explicado de esta manera. El estilo de Iñako es bello por lo personal, las alusiones a su infancia rural casi te hacen sentir las texturas de antaño; la admiración con la que se aproxima al mundo animal y el rigor en sus explicaciones hacen que leer Animales ejemplares sea una experiencia rica y llena de matices.
Al terminar su manuscrito se me impuso de sopetón el talento que recordaba en Yolanda González cuando hicimos Botánica insólita de José Ramón Alonso. Este texto la necesitaba, solo ella iba a ser capaz de ilustrar las historias de esas singulares especies aportando, al mismo tiempo, el ADN que confiere identidad a la colección Lienzos y Matraces que, como sabéis, es el espacio en el que exploramos la convivencia entre la ciencia y el arte.
El resultado de semejante binomio ha sido explosivo, y el trabajo en equipo me ha regalado las correrías que la pandemia me chorizó. Ahora que ya hemos sacado el libro y ellos no están en mi día a día, me siento un poco más triste, espero que vuestras compras compensen este vacío.
Si queréis saber más, ellos mismos os cuentan: