«Somnium» de Johannes Kepler

El pasado 16 de abril tuve el honor de participar en el evento de divulgación científica Desgranando Ciencia 3 con una charla sobre la obra más extraña y fascinante de Johannes Kepler: Somnium. Una composición de aire fantástico completada con partes científicas y rigurosas, con la que el astrónomo pretendía seducir a los más escépticos en la teoría copernicana.

Fotografía durante mi charla en Desgranando

Fotografía de Manuel Caballero

El texto empezó a gestarse durante sus años de estudio en la Universidad de Tübingen, cuando fue introducido al heliocentrismo por su profesor de Astronomía Michael Maestlin. Este, si bien en sus conferencias públicas defendía el sistema geocéntrico establecido por Claudio Ptolomeo en el Almagesto, en sus círculos privados discutía acerca de la teoría copernicana. Fue en dichas disquisiciones donde el brillante alumno se preguntó sobre «la apariencia que tendrían los cielos para un observador situado en la Luna». La respuesta dio lugar a su tesis doctoral de 1593 que no pudo presentarse en público porque las autoridades de la Universidad vetaron el debate. Incluso su compañero y estudiante de derecho Christoph Besold, que no podía relacionarse con Michael Maestlin, apeló al profesor Vitus Müller para ser él quien defendiera la tesis de Kepler en la discusión pero la respuesta también fue negativa. Así que el astrónomo, consciente del clima desfavorable a los temas copernicanos, guardó el escrito durante dieciséis años sin modificarlo.

Foto retro de un hombre vestido encima de la luna mirando con un telescopio hacia la Tierra

Shannon Stamey

Durante ese tiempo, Kepler impartió clases de matemáticas en una escuela luterana de Gatz, trabajó con Tycho Brahe hasta la muerte de este último en noviembre de 1601, y le sucedió en el cargo de Matemático Imperial del emperador Rudolph II. Ocho años más tarde publicó su trabajo científico más importante, Atronomia Nova, y se reavivó su interés por la olvidada tesis. Wackher von Wackenfels, consejero eclesiástico del emperador, estaba muy interesado en las teorías propuestas por Kepler y le animó a publicarlas. El resultado fue la composición Somnium, una versión muy modificada de su disertación de estudiante.

En 1611 Kepler perdió el control de una copia del manuscrito que fue leído por personas que identificaron a la madre del astrónomo con Fiolxhilde. Katharina Guldenmann era una mujer nerviosa e inestable conocida por su mal carácter y, en el marco de la caza de brujas reinante, no ayudó demasiado que la tía que había cuidado de ella durante su infancia hubiese sido quemada en la hoguera por bruja. La acusación de practicar la hechicería, tuvo lugar en 1615 y Kepler tardó seis años en lograr que fuese puesta en libertad. Algo realmente excepcional ya que, normalmente el proceso concluía con la muerte de la acusada y la familia podía sentirse afortunada si no acababa también comprometida.

Sin embargo, a pesar del peligro de la situación, el afán de perfección e independencia en materia de ciencia y literatura de Kepler hizo que no eliminara ninguna alusión a duendes y hechicerías en su manuscrito. Lo que sí decidió es publicarlo acompañado de una serie de notas científicas y rigurosas que aclararan cualquier posible malinterpretación. El número de notas ascendió a 223 y fueron escritas por orden, entre 1620 y 1630.

En 1623, añadió un Apéndice Selenográfico escrito en forma de carta que contó, a su vez, con un nutrido apartado de notas que fueron elaboradas después de trasladarse a Silesia en 1628.

Kepler siempre quiso supervisar personalmente la publicación del manuscrito pero su muerte en 1630 hizo que sólo pudiese corregir una pequeña parte y que los papeles quedasen en manos de sus herederos. Su yerno Jacob Bartsch emprendió la tarea de completar la publicación pero también murió repentinamente. El proyecto pudo haber sido abandonado debido a las graves dificultades financieras de la viuda pero su hijo Ludwig llevó el volumen a imprimir en 1634.

somnium

Somnium es un texto insólito que sólo reconoce modelos de modo parcial. Pero, las tres obras antiguas que de alguna manera influyeron es su forma y contenido fueron la Historia verdadera de Luciano de Samósata, La Cara de la Luna de Plutarco y El sueño de Escipión.

Por lo que se refiere a la ciencia, resultó capaz de describir de forma coherente la geometría de los cielos lunares y mostrar la importancia de la atmósfera terrestre como manta protectora del bombardeo solar. También entendió que los efectos duales del clima lunar y el terreno irregular producirían una geología y unos habitantes muy diferentes a los de la Tierra. Es cierto que se equivocó al describirlos pero no tiene demasiada importancia en la obra, puesto que los intereses de Kepler eran fundamentalmente astronómicos.

Kepler quería mostrar que una astronomía lunar era tan legítima como la terrestre y que el desplazamiento del observador podía revelar el centro verdadero (el Sol). Eligió encerrar su teoría en una historia imaginaria y aportó las herramientas para interpretarla. Se sirvió de la literatura para acercar la ciencia.