«Soy una científica «de letras»» Carmen Agustín Pavón responde nuestro Talk10

Carmen Agustín Pavón. Licenciada en Biología y doctora en Neurociencias en la Universitat de València, incluyendo una estancia breve en la Università di Roma La Sapienza. Fue investigadora migrante en la University of Cambridge (2009-2010), Centre de Regulació Genòmica de Barcelona (2011-2013) e Imperial College London (2014). Desde septiembre de 2015 es profesora ayudante doctora en el departamento de Medicina de la Universitat Jaume I de Castelló. Escribidora zurda, llegó a la ciencia y a la divulgación por casualidad, porque ella, de toda la vida, era de letras. Colabora con distintas plataformas de divulgación científica, como Naukas, y ha publicado artículos en revistas como Redes, Mente y Cerebro e Historia y Vida. Cuando sea mayor escribirá un libro y aprenderá a tocar el piano.

Carmen Agustín

Carmen Agustín

 

1. ¿Por qué eliges la divulgación de la ciencia?

No lo hice de manera activa, la verdad. Empecé a escribir cuentecillos y ripios a los once años. Lo que más me gustaba de niña era la historia, la literatura, las lenguas. Me llamaba la atención la astronomía, pero sospecho que principalmente por la nomenclatura basada en la mitología griega, que me encanta, porque lo que es la física y las matemáticas siempre se me dieron fatal (hoy me pregunto cuánto debo ese horror por la física a los estereotipos de género). Cuando en el 2º del BUP de entonces tuve que elegir ciencias o letras, elegí ciencias sólo porque no tenía demasiada fe en mis dotes literarias (ay, la tiranía de la salida profesional); después elegí Biología simplemente porque saqué mejores notas que en las otras asignaturas de ciencias (nuevamente, me pregunto cuánto le debo al estereotipo). Y la divulgación, pues… en 2011 me presenté a un concurso de relato científico del Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona, donde trabajaba como investigadora postdoctoral, más por la parte literaria que por la científica, porque yo nunca había escrito sobre ciencia más allá de artículos científicos. Pero, para mi sorpresa, lo gané. Meses después me llamaron del Grupo Punset: habían leído mi relato y querían que escribiera en la extinta revista Redes. Descubrí que escribir artículos divulgativos era una manera de aunar mi afición por la escritura y por contar historias y mi profesión como científica, y me lancé.

Más adelante me di cuenta de que, si las mujeres estamos infrarrepresentadas en algunas ciencias y sobre todo en los puestos de más responsabilidad, la infrarrepresentación de las mujeres en divulgación es aún más acusada. Al principio esto me dejaba perpleja, porque nadie te selecciona para divulgar, no hay techo de cristal que valga. Aún no comprendo del todo qué ocurre, tal vez tenga que ver con que nosotras tengamos menos tiempo, ya que desafortunadamente aún nos hacemos mayoritariamente cargo de la casa y la familia, y divulgar es algo que tienes que hacer sí o sí en tu tiempo libre. Tal vez las mujeres seamos menos proclives a hacernos notar, al fin y al cabo nos han educado para permanecer calladas (de posibles factores biológicos que podrían afectar al comportamiento de exhibición no diré nada, que hay quien no entiende que estudiar la contribución de la biología a un determinado comportamiento no significa negar la influencia social). También he visto que muchas mujeres que intentan divulgar ciencia son acosadas en las redes (sobre todo en el mundo anglosajón, a mí de momento no me ha ocurrido), así que tal vez el miedo a exponerse tenga algo que ver. A donde voy es que a que desde que soy profesora de universidad pública mi tiempo libre ha menguado considerablemente, y cada vez me cuesta un esfuerzo mayor encontrar tiempo para divulgar; este año he estado a punto de tirar la toalla y dejar de hacerlo. Pero mientras seamos tan pocas mujeres, me siento en la obligación de seguir adelante.

2. ¿Papel o eBook?

Papel. Una de las cosas que menos me ha gustado de haber pasado varios años mudándome cada dos por tres es no haber podido tener todos mis libros cerca. Aunque tengo poco apego por las posesiones materiales y vivo bastante austeramente, si hay algo en lo que me gasto el dinero sin dolor es en libros. Estar en una biblioteca, oler el papel, pasar páginas, me tranquiliza. Y además, soy incapaz de mantener la atención leyendo en una pantalla (lo cual, me sabe mal decirlo, limita mi disfrute de los estupendos blogs de ciencia que existen).

3. ¿(Ciencia en) Inglés o castellano?

Ciencia en inglés, no hay más remedio. Divulgación en ambos.

4. Recomiéndanos un libro…

Uno sólo es difícil. Yo recomendaría cualquiera de Oliver Sacks. De mayor quiero ser como él, aunque sé que no será posible.

5. Y un autor (novel)

El pianista James Rhodes. Su autobiografía, Instrumental, descubre esa enorme belleza de lo horrible, y está llena de esperanza.

6. Tres temas en ciencia que “estén pegando”

Se me ocurren dos técnicas. La primera, la optogenética, que consiste en controlar la actividad neuronal mediante luz, está permitiendo diseccionar la función de microcircuitos cerebrales en detalle, a unos niveles que eran impensables hace unos años. Dicho esto, lo cierto es que muchos artículos de impacto que he leído últimamente utilizando esta técnica, simplemente confirman datos que ya habíamos descubierto mediante otros métodos, es decir, su impacto se limita a utilizar la técnica de moda. Por una parte, siempre es bueno que se repliquen resultados; por otra, es una pena que el impacto de una investigación se mida por la técnica que se utiliza en lugar de por sus hipótesis y resultados. El descubrimiento del sistema CRISPR/Cas9 y su aplicación a la edición genética es sin duda el avance más espectacular que recuerdo.

Finalmente, se están empezando a hacer esfuerzos por investigar las bases biológicas de las enfermedades mentales, que hasta ahora se han clasificado a través de su sintomatología. Creo que esta aproximación será útil para mejorar el diagnóstico y tratamiento de trastornos como la esquizofrenia o el trastorno bipolar; ahora mismo apenas conocemos los mecanismos mediante los que actúan los fármacos para estos trastornos.

7. Explícanos tu próximo proyecto

Tras once años como investigadora a tiempo completo, este primer año como profesora ha supuesto un shock para mí. Así que mi primer proyecto es aprender a compaginar la ciencia, que es lo que estaba acostumbrada a hacer, con la docencia (que me encanta) y con la gestión y la burocracia (que aborrezco). No es fácil: aunque se diga que en la universidad prima la investigación, lo cierto es que tenemos muy poco tiempo para investigar, ya que gracias a los recortes, damos muchas más horas de clase y nos ocupamos de muchas más tareas administrativas por falta de personal de apoyo. Dicho esto, me gustaría centrarme en investigar las bases neuroanatómicas de los déficits sociales y olfativos que ocurren en algunas enfermedades neurológicas. Ahora mismo estamos iniciando una colaboración con Mónica Santos, de la Universidad Otto-von-Guericke de Magdeburgo, en Alemania, para investigar la neuroanatomía del cerebro social en un ratón que carece del gen Mepc2, que causa el síndrome de Rett, una severa enfermedad del neurodesarrollo, y está relacionado con algunas formas de autismo. Hemos pedido financiación para varios proyectos, pero, como siempre, las resoluciones se retrasan.

8. ¿Qué te inspira de Next Door?

Creo que ya lo he dicho: soy una científica de letras. Una editorial como Next Door me parece imprescindible.

 9. ¿Y nuestros libros? 

Siempre intento intercalar en mis clases alguna obra de arte que tenga alguna relación con la materia tratada, lo cual no parece fácil cuando enseñas histología y terapia celular. No obstante, las preparaciones histológicas pueden ser arte en sí mismas, como demuestra el libro The Art of Transforming Science. Cuando lo vi, inmediatamente quise comprarlo y espero poder incorporar alguna de sus ilustraciones a mis clases de histología del aparato genitourinario masculino del curso que viene. Estoy segura de que mis estudiantes lo disfrutarán tanto como lo he disfrutado yo.

10. Danos un consejo…

Seguid adelante