«El caso Pollock-Matter y el azul del mar» por Guillermo Peris

Jackson Pollock «One: Number 31» 1950

Jackson Pollock
«One: Number 31»
1950

La puerta metálica que daba acceso al trastero se alzó con un leve quejido. Hacía muchos años que permanecía cerrada guardando en su interior los recuerdos de sus padres, y Alex Matter nunca había mostrado mucho interés en desvelar sus secretos. La mayoría de los objetos que almacenaba habían compartido su infancia en el cuarto de calderas del apartamento de Manhattan, pero hacía ya tres décadas que sus padres habían decidido trasladarlos a un almacén alquilado en East Hampton. Su padre, Herbert Matter, siguió guardando recuerdos —sobre todo libros— hasta su muerte en 1984. En 2002, un año después de la muerte de su madre —la pintora Mercedes Matter— decidió que era el momento de poner en orden su pasado y organizar sus recuerdos. O deshacerse de ellos, que era lo más probable.

Tras encender la luz miró a su alrededor. El espacio estaba atestado de bultos amontonados y cubiertos de polvo. Mientras revisaba los distintos objetos tratando de identificarlos y anotándolos en un inventario mental, algo llamó su atención: en un rincón del trastero había un paquete envuelto en el habitual papel marrón de embalar y atado con cuerdas rematadas con un lazo simple. Al eliminar con una gamuza el exceso de polvo, apareció en el papel la inscripción: Pollock (1946-49)

Foto del envoltorio original de los lienzos encontrados por Matter.

Foto del envoltorio original de los lienzos encontrados por Matter.

Pollock. Jackson Pollock. El gran pintor americano, máximo exponente del expresionismo abstracto de mediados del siglo XX. Aunque para Alex era más que eso: un recuerdo de su infancia, cuando Pollock y su mujer, Lee Krasner, alquilaban una casa en verano cerca de donde él vivía. Recordaba que pasaban a visitar a sus padres y les escuchaba hablar de arte durante horas. Pollock también solía trabajar en el estudio de su padre en Manhattan, donde realizó alguna de sus obras.

Abrió el paquete con sumo cuidado. Tras revisar su contenido encontró, junto con otro material, un conjunto de 32 lienzos con el estilo peculiar de Jackson Pollock. Inmediatamente se dio cuenta de la importancia del descubrimiento. Además del incuestionable valor sentimental de las obras, su interés artístico era enorme y su precio en una subasta de arte podría alcanzar varios millones de dólares.

Fotografía de Herbert Matter De izquierda a derecha, Alex Matter, Mercedes Matter, Lee Krasner y Jackson Pollock

Fotografía de Herbert Matter
De izquierda a derecha: Alex Matter, Mercedes Matter, Lee Krasner y Jackson Pollock
1948
Fuente: http://providence.thephoenix.com/arts/46637-pollock-matters/#.V3ZIbyffttg.twitter

Alex decidió consultar a Mark Borghi —el marchante responsable de la colección pictórica de su madre— sobre qué hacer con estas pinturas. Este dedicó un tiempo a restaurar y limpiar cuidadosamente las obras —muchas de ellas cubiertas de hollín— y pensó en mostrar el descubrimiento de Alex a la reconocida experta en Pollock, Ellen Landau. Tras estudiar los lienzos, Landau declaró maravillada que eran claramente obra de Pollock.

Una de las obras atribuidas a Pollock encontradas por Alex Matter

Una de las obras atribuidas a Pollock encontradas por Alex Matter

Aún así, y para estar completamente seguro, Alex decidió encargar el estudio de las pinturas a científicos expertos en el análisis de obras de arte para que confirmaran su autenticidad. Y en ese momento entró en escena el azul del mar

El azul del mar

Estaba terminando el mes de septiembre de 1921. Habían pasado ya quince días desde la partida del S.S. Narkanda del puerto de Southampton y al barco aún le quedaba mucho trecho hasta Bombay. Mientras el resto de los pasajeros se entretenía con actividades planificadas para aliviar la duración del viaje, C.V. Raman pasaba las horas embelesado mirando el mar. Le tenía intrigado la intensidad de su color azul y no le satisfacía la explicación dada por Rayleigh, que explicó que el azul del cielo se debía a la dispersión de la luz pero que el color del mar no era más que un reflejo del propio cielo.

Raman siempre llevaba consigo algunos instrumentos ópticos (incluso un espectroscopio de bolsillo) así que se dedicó a hacer experimentos analizando con ellos la luz que provenía del mar Mediterráneo. Durante una escala en el puerto de Adén, aprovechó para enviar por correo un artículo a Nature con sus observaciones, el cual se publicó a las pocas semanas. El resto del viaje hasta Bombay, siguió con sus investigaciones y al llegar a puerto volvió a enviar otro artículo a Nature.

En estudios posteriores en su laboratorio, Raman describió el fenómeno físico de la dispersión inelástica de la luz que lleva su nombre. Ganó el premio Nobel de Física en 1930.

Nature 108, 367 (1921).

Nature 108, 367 (1921).

El efecto Raman se debe a la dispersión inelástica de la luz al incidir en una sustancia. En este contexto, inelástica significa que la luz se dispersa con una longitud de onda distinta de la luz original. Dicho de otra forma, la luz dispersada es de un color distinto a la luz incidente. Este efecto es extremadamente pequeño si se compara con la dispersión elástica (con la misma energía de la luz original), denominada dispersión Rayleigh: el efecto Raman afectaría a uno de cada diez millones de fotones. De ahí que su efecto en el agua (que dispersa la luz azul) sólo se vea con grandes cantidades de este líquido.

Esta dispersión inelástica ocurre cuando una molécula absorbe un fotón de luz en un estado concreto de energía, que luego emite para regresar a un estado distinto al inicial. Esta diferencia entre la luz absorbida y emitida depende de los estados de energía de la molécula (más concretamente, de sus estados rotacionales y vibracionales) por lo que es característica de cada sustancia, constituyendo una huella de identidad de la misma.

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Para el estudio de este efecto se utilizan espectrofotómetros Raman. Dado que cada sustancia dispersa la luz de forma característica estos espectrofotómetros pueden utilizarse para la identificación de moléculas. Una de las ventajas del uso de estos dispositivos es que al medir la luz dispersada no dañan el objeto bajo estudio, lo cual los hace muy interesantes para el análisis de obras de arte. Los espectrofotómetros Raman pueden acoplarse a un microscopio para estudiar una zona concreta de una pintura, con una precisión de hasta la millonésima parte de un metro. Una vez obtenido el espectro Raman del pigmento utilizado en un lienzo puede compararse con los registros en las bases de datos online de espectros de pigmentos para así identificarlo..

(a) Adoración de los reyes magos, Diego Velázquez (1619). (b) Ampliación del manto de Baltasar. (c) Espectro Raman del pigmento amarillo señalado en la ampliación, identificado como goethita. Fuente: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S092420311300115X

(a) Adoración de los reyes magos, Diego Velázquez (1619).
(b) Ampliación del manto de Baltasar.
(c) Espectro Raman del pigmento amarillo señalado en la ampliación, identificado como goethita.
Fuente: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S092420311300115X

¿Pollock?

En uno de los estudios realizados sobre las supuestas obras de Pollock halladas por Matter se utilizó, entre otras técnicas, la espectroscopía Raman para identificar los distintos pigmentos de los lienzos (el propietario únicamente cedió tres obras para este estudio). La mayoría de los pigmentos identificados eran de uso habitual entre los pintores de la época de Pollock. Pero se encontró un pigmento rojo en dos de los lienzos (etiquetado como PO43) que, aunque se conocía desde 1924, no consta su uso como pigmento hasta 1950, fecha posterior a la supuesta realización de las pinturas.

Espectros Raman de dos de los pigmentos anacrónicos hallados en los lienzos de Matter.

Espectros Raman de dos de los pigmentos anacrónicos hallados en los lienzos de Matter.

Podría pensarse que Pollock usó este pigmento antes de ser comercializado, o bien que la anotación de las fechas de creación era incorrecta. Pero se detectaron otros pigmentos que fueron descubiertos mucho después de la muerte de Pollock. Por ejemplo, el pigmento amarillo PY151 fue patentado en 1971 y el pigmento marrón PR254 fue sintetizado por primera vez en 1974 y no salió a la venta hasta 1986. Además, en otro de los estudios encargados por Matter en el que se tuvo acceso a 23 de las obras (y cuyos resultados detallados no permitió relevar al investigador) se encontraron pigmentos anacrónicos en 16 de las obras.

Tanto Alex Matter como los defensores de la autoría de Pollock argumentaron que podía haberse producido una contaminación durante la restauración de los lienzos (de hecho, uno de los cuadro sufrió daños al quedarse durante cuatro días a solas con el gato de Matter). Sin embargo, algunos de estos pigmentos se encontraron en las capas inferiores de las obras, por lo que parece descartable una contaminación.

Pese a estas pruebas, aparentemente apabullantes, sigue sin estar clara la autoría de las obras encontradas por Matter. Por un lado, algunos críticos de arte no aceptan que las pruebas científicas estén por encimas de sus conocimientos sobre la obra de Pollock. Uno de los argumentos utilizados por sus defensores es que el pintor pudo acceder a pigmentos aún no utilizados de forma habitual a través de su cuñado Robert Rebetez (cuyo nombre también aparecía en el papel que envolvía los lienzos como Robi), que tenía una tienda de venta de material de pintura en Basilea (Suiza), que en aquellos momentos era un lugar de innovación en el descubrimiento de nuevos colores. Los mismos investigadores que realizaron el estudio con espectroscopía Raman se pusieron en contacto con las hijas de Rebetez, quienes dijeron no recordar ningún envío a Estados Unidos y manifestaron que en la tienda de su padre sólo se vendían pigmentos comerciales.

A día de hoy aún se discute sobre si Pollock pintó o no los lienzos encontrados por Alex Matter (o algunos de ellos), pero no se han vuelto a exponer bajo la autoría de aquél.

Jackson Pollock «Sea changes» 1947

Jackson Pollock
«Sea changes»
1947

Para saber más

Jane Whitehead, «For art’s sake», Boston College Magazine, 2007.

Narayan Khandekar, Carol Mancusi-Ungaro, Harry Cooper, Christina Rosenberger, Katherine Eremin, Kate Smith, Jens Stenger and Dan Kirby, «A Technical Analysis of Three Paintings Attributed to Jackson Pollock», Studies in Conservation 55, No. 3, 2010, pp. 204-215.

Stephane Fitch, «How to spot a fake», Forbes, Marzo 2008.

G. Venkataraman, «Raman and his effect», Universities Press (India), 2013.

P.C. Gutierrez-Neira, F. Agullo-Rueda, A. Climent-Font, C. Garrido, «Raman spectroscopy analysis of pigments on Diego Velázquez paintings», Vib. Spectrosc., Nº 69, 2013, p. 13.